Es importante para una organización mantener sus operaciones y funciones críticas durante y después de un evento disruptivo, como fallos de infraestructura, ciberataques o cualquier otra situación de crisis. El objetivo es minimizar el impacto en el negocio y garantizar la recuperación rápida y eficiente de las operaciones.
La continuidad del negocio garantiza que una organización pueda resistir y recuperarse rápidamente de eventos adversos, minimizando el impacto en sus operaciones y clientes.
Al contar con planes y procedimientos bien definidos para gestionar situaciones de crisis, se reduce significativamente el tiempo de inactividad y se minimizan las pérdidas financieras.
La capacidad de mantener la continuidad de las operaciones incluso en tiempos de crisis demuestra la fiabilidad y el compromiso de la organización con sus clientes y partes interesadas, protegiendo así su reputación de marca.
La implementación de planes de continuidad del negocio puede ayudar a cumplir con los requisitos normativos y regulatorios relacionados con la gestión de riesgos y la protección de datos.